sábado, 26 de abril de 2008

Scared.

Una noción vaga del tiempo.
Una fracción de escenas breves.
Canciones sedantes que no te dejan pensar.
Canciones que te movilizan.
Media mesa escrita hasta con resaltadores.
Un atado con 3 cigarrillos escondido en algún rincón.
Más de 7 hojas con palabras sueltas.
Un cuaderno que compagina más de lo que puede leerse.
Unos oídos enfermos de mp3.
Auriculares que ya no tienen donde yacer.
Un mp3 cansado de ajustarse al corpiño.
Demasiada ropa tirada en los probadores de una tienda sin nombre.
$1 de mano en mano.
Un cabello de varios tonos, harto de ser peinado, despeinado.
Una revista de rock, escondida en los cuadernos de clases teóricas.
Una revista de moda, escondida en los cuadernos ajenos de clases prácticas.
Innumerables dibujos que deliran cualkier objeto.
Todas las biromes negras derramadas.
Las azules perdidas.
Un celular que atenta con Bastará de los Cafres cada vez que ignoras su existencia.
Una pierna escrita con birome.
Un tatoo ficticio de algún arcoíris echo por márgara.
Algún tapper con galletitas de agua.
4 parez de zaptillas, sandalias, ojotas... tirados bajo, fuera, sobre... la cama.
Solo un aro de los miles de pares que perdí.
Delineador líquido inundando la retina.
Cualquier top sin corpiño.
Citas médicas pospuestas.
Shampoo en un tarrito del tamaño de un jabón.
Una malla tan saturada de cloro que asquea.
Una cadenita de strass cuyo orígen ignoro.
Un segundo arito izquierdo.
2 Fotos de marilyn en la pared.
Mis Converse verdes embarradas.
Un reloj que siempre marca **:27. (como ahora: Borrador guardado automáticamente a la(s) 2:27)
El seguimiento de una dieta invertida a la que siempre le falta una fruta al dia.
3 pastillas de penicilina que jamás terminé de tomar.
Ejercicios que jamás hago en gimnacia de manera descarada.
Mis preciados 1000 mts. en natación.
Mi deseo de estudiar filosofía con mi viejo.
El inglés que me gusta, el inglés que no.
La lista de mi, que alguna vez transcribiré al blog.
Una película que alquilo por semana.
La tele siempre apagada.
La billetera siempre vacía.
Los documentos de otra mina ke escondo adentro de la funda de los mios.
Las llaves sin mi minifernet, pero con un poco de cada una de las chicas.
Mis pantuflas rojas.
Los peluches con nombres comestibles.
Mis anteojos rayados y nunca en su funda.
El vaso de agua que dejo en cualquier lado.

Y lo que pienso, que te pienso, cuando pienso. Porque todo lo que hoy soy como tantas otras cosas, son palabras. Pero lo que pienso, que te pienso, cuando pienso. Eso, no son solo palabras.
Eso, me asusta.

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