lunes, 14 de abril de 2008

El corazón suicida de telgopor.




La muñeca va dando saltos, camina apresurada, entre las baldozas partidas. Va dando saltos, no quiere pisar los charcos, y su vestido se desintegra con el agua. Llueve.

La muñeca rota corre y salta hacia un cuento sin alas. Con hadas, sin alas. Con hadas bañadas de cal, sin alas. La muñeca está agujereada, como la lluvia. Alguien le disparó al cielo. Quiere saber quién fue. Porque la hirió, la agujereó y pinchó las nubes. La lluvia de esa tarde también estaba pinchada.

La muñeca rota corre y salta sin alas hacia un cuento de telgopor. Se desintegra, pasea. Corre, salta, llora, pinchada, mojada. Esta agujereada, herida entre baldozas partidas. Sus ojos, se suicidan sin tiempo, sin ver, sin buscar, sin llorar, sin tiempo, sin sentir. Se miente.

La muñeca rota corre y salta sin alas de telgopor, agujereada por el tiempo, mojada por la lluvia, herida por los disparos del corazón, hacia un cuento de hadas. Revuelven el aire, sus mentiras de cal. La muñeca, ríe. ♥




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