Si tocás la ventana, sentís como suavemente se te entumecen los dedos. Por la correa de la perciana, se filtra el aire helado del otoño que más bien parece un invierno temprano. La estufa esta encendida, sin embargo mis bremers apilados dejan que desear. Las chicas me hablan por msn para que arregle un tema sobre el tp de gimnasia que tan agraciadamente Elsa tuvo la delicadez de hacerlo extenso y denso, al tener que buscar bibliografías por internet para una materia cuya importancia es... bueno, obsoleta quizás. Se me congelan los pies, las polainas rojas me entibian solo los tobillos. No quiero levantarme a hacerme un té, demasiada vagancia.
Macarena se acaba de conectar. Nunca está, pero hoy, bueno, se le dió por estar y por recordarme tiempos fríos, y equivocados. Porque eso fueron a pesar de que me diga que soy mala con él: tiempos equivocados. Pero con lo cual no quiero decir que mis tiempos de hoy sean acertados, para nada. Fríos si, muy fríos... Es jodido pensar que volcastes muchas expectativas en algo que desde un comienzo tenía la firma de que era con fecha de vencimiento: No vamos a durar más de tres meses, le dije. Vamos a durar más de tres años, me dijo. Y bueno, de no ser que me conosco mejor que nadie, quizás él hubiera acertado ¿?. Nah, imposible. Eso era, otro imposible.
Todo el mundo se metía. Me sacaba ese tipo de intromisión por parte de mis viejos en especial; nunca fui muy buena para acatar órdenes, pero suelo escuchar consejos y evaluarlos, si los adhiero o no mis acciones en conclusión, es otra historia. Tenian razón, y la relación no funcionó, ya que éramos muy distintos y no nos complementábamos en absoluto.
Bueno, el punto es que no volvería a aquella época. Hacía mucho frío, más que ahora, y como le dije a Maca, era helada, ahora tan solo muy fría. Si, es cierto, no sólo hablo de la época. ◄
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