lunes, 23 de marzo de 2015

tweet

Nunca usé twitter. Nunca como se debería. Creo que encontré un objetivo en los mensajes de 140 caracteres, cuando descubrí que podía expresar puteadas disfrazadas de poesía en dos líneas... pero eso sucedió hace mucho.
Hoy, decidí borrar los viejos tweets, para profesionalizar un poco el perfil, y que nadie encontrara pelotudeces publicadas, como saludos en coreanos, o las ventajas de ser dejada dos veces por un ex.



Me encontré con la estúpida nostalgia que te genera pensar en retrospectiva.  Y en el "si quizas no borrara esto y lo guardara como un eterno recuerdo de mi espontaneidad poética..." lo cual, no tiene sentido, porque pensaba por lo menos 15min que iba a escribir en cada línea. Como dije antes, nunca fui buena con esto del twitter, y estar a tono con esta red social, me llevaba a exprimirme el cerebro pensando que poner, y terminaba descargando sobre el flaco de turno que me gustaba (porque era lo más espontáneo que me salía):


Si en este blog se busca lo que escribí por esas fechas de marzo del 2012 probablemente salte en evidencia de quien estaba hablando. Pero eso ya no importa.


Me resulta cómico que así y todo, quería dejar bien en claro que no estaba persiguiendo a nadie, que yo misma me auto convencía que a pesar de todo, estaba mejor sola. Y sola estaba (si hablamos de parejas).


Como pasaba a hablar de un flaco a otro también es admirable, mi capacidad de olvido, y distracción estaba en nivel 8. Y claramente tenía apartado un buen lugar para cada una de esas personas.

En fin... tweeter, después de notar que debería borrar 440 tweets, me doy cuenta que lo usaba más de lo que recordaba. No voy a llegar a borrar todo, pero quizás, mute.