Salgo del video club, y el clima ya estaba beige. El viento todavía era cálido, y estaba calmo, pero la obscuridad que maquillaba las calles caía del cielo seca de lluvia. Como si hubiese puesto ese tema a propósito, suenan los auténticos decadentes: "...y alumbra una tormenta…todo es tan tranquilo, que el silencio anuncia el ruido, de la calma que antecede al huracán."
Empiezo a caminar más rápido, no porque quiera llegar a casa, de hecho no quiero llegar nunca, solo quiero seguir caminando asi de rápido y nunca llegar, de esa manera no pienso. Estoy entre dos momentos, entre en el que hice algo y la reflexión de lo que hice.
En ese lapsus intermedio no pienso, mientras más rápido camino, menos siento.
Los árboles estan totalemente secos, y me dedico a distraerme buscando algún follaje que contraste el cielo. A media cuadra de casa, en esa calle que antes estaba intacta y decorada de un alfombrado amarillento de hojas secas, ahora destruida, por el cambio de asfalto como todas las manzanas a la redonda, encuentro lo que buscaba: como banderas brazileras, las copas de los árboles empiezan a flamear entre verdes y amarillos intensos. Me percato del frío. Hace frío.
Empiezo a pensar. Tin tun tin tun. Esa no era la idea, pero llegando a la puerta me fijo otra vez, con un brillo en los ojos que no me veo pero se que está ahí. Debe ser que revivo, porque la palabra recuerdo la quemé y todavía se siente ese olor a humo culposo. Revivo las cosas, desde un punto de vista -que aprendí con la experiencia que me dieron algunos sujetos, o bien, personajes que aparecieron fugazmente en mi vida- que no comparto con nadie, y que solo es tangible por mi en cualquiera de los sentidos.
Miro sobre mi hombro una vez más, resistiendome a aceptar las cosas como son. Y pasa el bondi... con un 27 enorme pintado de amarillo. Me río porque no me queda otra. Me río de una locura sana que me enferma todos los días. Y me subo al ascensor. Me preguntan otra vez a que piso voy... al segundo. El flaco marca el 2, seguido del 7. Es cuando me acuerdo de Maru... de cuando le conté de mi 27 en la clase de teatro, hace dos años atrás.
Hoy, 22 de Mayo, a Tatiana se le ocurre alquilar Cloverfield. Que más extraño para mi, que ver una película que empieza relatando una historia filmada un 27... y superpuesta a la filmación, toda la historia transcurre un 22 de Mayo. Bueno, oficialmente, este tipo de desquicio no se a que se debe, pero esta bueno que a la hora de justificarlo sea con hechos.
Fin. ♥
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