jueves, 1 de mayo de 2008

Ya no le dicen Tuch & Go.

Si hubiese música de fondo, sabría en que escena me encuentro. Pero no la hay, y estoy más perdida que él. Si le dije que si, fue porque no sé como decirle que no, solo sé postergar. Para mañana, para pasado, para cuando lo oscuro se aclare a gris o blanco manchado. No te enojes, no conmigo, tan solo somos dos desconocidos jugando a soplar el tiempo perdido. Vos aún la recordás a ella, yo a él no me lo puedo quitar de la cabeza. Y por más que intentemos no hacerlo, nos recordamos con vernos. Sonreís igual que yo, y me mirás la boca con delicadeza, mientras observás el labial muy oscuro que va teñir tus labios en un solo roce: no sabés, me gustás. No lo sé, hasta que me lo decís, y empiezo a sentir culpa. De un noviazgo es de lo único de lo que me hablás, no puedo seguir esa corriente, no te voy a lastimar. Y ahora estoy esperando, que aparezcas para desaparecer. Miro esa foto en la que dicen, somos para el otro. ¿Cómo pueden saberlo? No lo saben, solo quieren que me sienta peor. ¿Entendés esta canción? ¿Entendiste ese tequila? No fue para vos, pero lo tomamos de un golpe y sin pensarlo, como si lo hubiese sido. Te reís si me río. Cerrás los ojos si los cierro. Me abrazás si tengo frío. Y te vas, antes de notar que no te quiero, antes de notar que ya te espero.

30 minutes to make up my mind
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