martes, 3 de agosto de 2010

Nothing is real but the girl.

Supongo que escribir varias veces un sueño hacen que cada vez parezca más real. Mientras escribía y me dejaba llevar, se me colgó el blog y se borró todo. No había previsto que eso pasara por lo que ahora no quiero hacer más real ese sueño. Pero quiero contarles sobre ella.

Lo más real del sueño, fue esa chica.

Lo que me despertó verla. Simplemente, en el sueño todo se caía a pedazos, todo se revolcaba y se demolía, se hacía trizas. El agua se elevaba entre las escaleras, arrastraba las paredes, y se llevaba por delante sillas, mesas, e incluso al que estuviera en el camino. Como un auténtico tsunami. Sin embargo, esas olas, no hacían daño. Todos se embebían del caos, se sumergían en sus aguas y reían extasiados. Todos en el sueño, porque había demasiadas personas.

Se me presentaban situaciones conocidas, ajenas al entorno.

Y las aguas calmas, tranquilas, cristalinas, de esa piscina, bajo el techo vidriado de relucientes nubes y el cálido celeste de la tarde. El lugar externo al caos. Al que no podía entrar.

Estaba mojada de pies a cabeza, pero me sentía seca. Mi pelo húmedo lo delataba, habá estado sumergida en esas aguas. Pero ya no sentía nada de ellas.

Los brazos de mi amigo me rodearon, y quise quedarme ahi, hasta que lo ví. Lo más irreal del sueño, estaba parado frente a mi con un gesto que hace bastante no veo en su rostro real. Quizás por eso, me quedé tan maravillada. Quizás por eso, esa chica terminó por ser más real que su persona.

Sonreía innecesariamente y su pelo daba piruetas en el aire al son de sus muecas. Vestía de rojo. Me miró y me extendió la mano, y se la tomé. Me reí con ella. Estaba a gusto y no quería soltarla, pero mi amigo me abrazaba fuerte y contenía lo que si me alejaba iba a dejar libre albederío putrefacto y pensamientos incoherentes. Pero me alejé.

Ella me atraía, quizás tanto o más que a él, que seguía con los ojos clavados en mi, en la situación y en ella, que reía sin darle importancia. Mi amigo, sentado, habia pasado a segundo plano.

Éramos 4 personas en una competencia mútua, simultánea, sin sentido: Él, ella, mi amigo y yo.

Yo quería ser como ella, con tantas ansias. Sin darnos cuenta, comenzamos a perseguirla. Ya no estaba tomada de mi mano, sino que me la habían quitado. Y ella, corría de nosotros. Lo que nos unía, a mi, a él, era esa persecución. Mi amigo, había quedado atrás.

Hay sueños, que distorsionan totalmente la realidad, y hay realidades que distorsionan totalmente nuestros sueños.

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