viernes, 28 de noviembre de 2008

Luces x favor


Diez de la noche clavadas, y un calor agobiante trepando las paredes desde la avenida. El ruido de la gente en la calle como si fuera de mediodía, los autos parecen desesperados por escapar al clima y no respetan los semáforos.
La cena esta recién echa y no puedo pasar ni una patita de pollo. Ya no tengo hambre pero permanezco jugando con el tenedor. En la tele, John Lennon en su despedida de soltero catalogada de esa manera a pesar de haber durado 14 meses, me causa gracia que Yoko haya asignado a una china para cuidarlo siendo que ella era japonesa. No tiene nada que ver, refelexiono, pero los orientales deben confiar mas en otros orientales. Me río de este pensamiento estúpido.
John canta su versión de Stand By Me, y me recuerda que quiero ver esa película. Un "que fea que era Yoko" de mamá, me saca de la tele por duodécima vez, y la miro. Y ella, cambiando de tema velozmente, como siempre, rechaza la idea del parecido entre Lennon y un conocido de la familia, hasta irritarse y pararse de la mesa para sentarse en el sillón. Mi hermano la sigue como si fuera su salvación y sigue jugando al counter en la pc, como su único propósito en la vida, y por supuesto, como siempre, no levanta un puto plato de la mesa.
La tele revela una escena de Imagine que encuadrada como artística, muestra los cuerpos desnudos de Yoko y Lennon revolcándose, como quien dice, en una habitación blanca. Sus objetos personales, son ubicados en columnas como estantes escalonados. En orden y pulcritud enfermiza. El aire de esa escena, es blanco y tangible, como enredado en ellos. Se ríen juntos, se enredan juntos, se aman.
Como poniendo fin a un delirio, se caen las luces de la ciudad, y un apagón inesperado, provoca que mi vista descanse al fin, después de tantas horas frente al televisor. Afuera no se ve un alma, y los semáforos dejaron de funcionar. De la estación de servicio salen velozmente sus empleados y la rodean de esas cintas de seguridad blancas y rojas para bloquear la entrada. Las bocinas de los autos comienzan a emplomar el ambiente y los primeros rayos de una tormenta vecina hacen su primera aparición de la noche hacia el noroeste.
El aire acondicionado, se vuelve el dios de todas nuestras plegarias, si hasta ese momento no creíamos en nada, ahora idolatramos todo los que nos provea algo de aire fresco. Como no resulta nos acomulamos contra la ventana, que ahora permanece abierta.
Mamá se asoma, como siempre en estas circunstancias, esperando algún accidente de tránsito, que según ella "espero que no ocurra". Pero que se volvieron su mejor entretenimiento en días de lluvia y apagones. Bocinazos, frenadas, y motos que a toda velocidad esperan no ser alcanzadas por ningún idiota que no se haya percatado de que los semáforos no funcionan y que deberían ir a 20 Km/hora sobre sus cuatro ruedas.
Música country comienza a salir provisoriamente de la blackberry de papá. Y mi hermano se acaba de percatar que después de 4 horas en la pc solo jugó al counter y no bajó la tarea del cole, retos van retos vienen. Una discusión termina por hacer que mi viejo se vaya al cuarto a dormir junto con mi hermano.
Mamá sigue estática mirando los autos y yo, tirada en el sillón solo observo una de las velas que colocamos junto a la estatuilla que traje de Bariloche para ella. Es perfecta. La imagen es perfecta. Me pregunto que sucedería si solo fuera una imagen, así de perfecta con la luz de las velas. Me pregunto, que sucedería si solo pudiese moverme como esa diminuta llama. Sensual y atrayente en la obscuridad. Tan contrastante y necesaria. Sin sufrir del calor. Serlo. Necesito sacarle una foto.
El calor empieza a pesar y siento que hubiese sido mejor ir a la fiesta de egresados en Pio con las chicas. Pero estar entre el montón y pasando desapercibida e innecesariamente agobiada, no me hace mucha gracia.
Sin embargo no voy a dormir en toda la noche. Me van a pisar las velas. Y voy a soñar esas cosas retorcidas y perfectas de siempre.
La música country se despeja de a poco, y el sueño encierra. Ojalá llueva. Me cansé de esperar la lluvia esta semana.

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