Hoy volví a soñar, cuando volví a dormirme. Esta vez era un sueño de persecución. No me perseguían. Yo perseguía. Perseguía sin descanso, al punto que me sentía correr más rápido que autos y aviones, a punto que pisaba los talones de mi presa pero no podía alcanzarla. No podía parar, me agitaba y no podía desacelerar, ya era mera velocidad, mera idea de correr libre. Ya no perseguía, solo disfrutaba del hecho de correr. Buscaba la forma de seguir y seguir, de ir más rápido. Se me presentaban trabas que me frenaban, pero no desistía. Sabía que iba a alcanzarlo tarde o temprano. En fin, mi sueño concluye cuando me subo a una bici negra y empiezo a pedalear sobre un camino sinuoso, asfaltado y rodeado de espigas de trigo, siendo de noche, brillaban doradas como si tuviesen luz propia.
You can tell the sun in his jealous sky..,
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