La parte más molesta de sonreirle a un desprecio, no es el desprecio en si. Es más bien lo que te ahorras de decir, lo que de alguna forma con la sonrisa estas devolviendo. Y no es satisfactorio, sino simplemente molesto, triste. El ego emerge, la sonrisa se retuerce, deja de ser delicada, compradora, sutil. Simplemente pasa a ser una sonrisa soberbia, cuánto hay de mentira en la verdad que no te corresponde decir.
Oh babe, blue nails. ♥
16 de junio de 1955 - Una cronología
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*En junio de 1955 mi madre vivìa en Còrdoba y Salguero, a un par de
kilòmetreos de la Plaza de Mayo cuando unos estruendos les llamaron la
atención, ella y...
Hace 3 días
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