viernes, 31 de octubre de 2008

All natch long.



You belong to my mind forever.

Salí apresurada, contenta, dispuesta. Salí buscando, riendo, llorando (x dentro). Miré las caras, sin reconocer ni una, pense en el último segundo de todo aquello. Y me rodié de euforia y felicidad, dejándome llevar por ellos. Mucho no entendía, mucho era como solo eso, nuestro.
Los rostros familiares comenzaron a pegarse al disfraz como purpurina, a donde miraba estaban las distintas etapas por las que habia atravezado. Y en el aire, todo se estaba terminando, algo estaba absorviendo a bocanadas el tiempo. No pude entristecer, ni tiempo tuve.

Únicamente única.

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