... lo habria visto de esa manera desde un principio, lo habría notado como una mentira. Cuando se miente, se comenten errores. Lo se, porque me pasa. Buscar la excusa de la mentira, provoca que duela sentir los recuerdos.
Buscar nuevos aires de los cuales respirar, nos hacen contemplar las miles de posibilidades que se tienen de cambiar los pasos.
No pensar, no escuchar, no, no, no y no.
No es el modo.
Hay momentos en los que llueve todo el tiempo, busco en la mochila el paragüas, antes no lo hacía, solo me mojaba. La diferencia es que ahora la lluvia está helada.
Quiero prenderme un pucho, y sentarme en la terraza descalza, mirando como las nubes chocan y se destrozan en agua que cae precipitada. Mojarme los pies, e imaginar otra vez, como eran las cosas cuando era más chica. Si me reía más fácil o si era tan simple encontrar motivos para llorar. Empiezo a sentir el cambio, y quiero perderme en el aire, mezclarme, salir de todo el encierro que siento dentro del pecho.
Quiero entristecerme por terminar las clases, y no puedo. Antes podía, ahora no puedo. Se me escaparon los sentimientos por esas cosas.
Tengo que inventarme una historia, para pensar en ella cuando me vaya a acostar, quizás en sueños se haga cierta.
La soledad puede ser tan sofocante.