No quiero ver una fotografía y no sentir nada, como me pasó hoy. La fotografía se transforma poco a poco en un registro importante en mi vida, me remite a muchas cosas que se captan azarosamente y terminan por pertenecer a la categoría de memorables y rescatables del tiempo. Un rostro, un objeto, una situación, una palabra, una textura, provocan que remueva todos esos archivos que se apiñan en mi cabeza como hojas a montones revueltas y abolladas en un cajón pero asi y todo con un valor importante.Escarbo en recuerdos y encuentro uno a uno sentimientos y percepciones que empiezan a transmitirme transportándome a otro tiempo y espacio, que ya viví. Cobran vida y empiezan a respirar, como dice Regina, se trasladan, se desplazan, se comunican entre sí. Puedo encontrarme en tantos lugares simultaneamente como me sea posible a medida que traspaso esas imágenes y me sumergo en un ensueño del pasado. Lo que sucedió y lo que pasa ahora, por supuesto, no debe mezclarse. Los sentimientos son diferenciables, y aunque algunos sobreviven con el paso del tiempo, otros mueren al recorrer experiencias que los sobrepasan.
Hoy vi una fotografía, con un rostro borroso, con un recuerdo vacío, con una situación en la que de hecho no estuve presente, y una melodía de fondo que jamás escuché. Hoy vi dos ojos y una boca, cuyo sabor ya no recuerdo, cuyo intercambio ya no siento, y una mueca que no se a que responde. Siento haber perdido algo de esa fotografía,, una parte de ella, aunque permanezca intacta. Tengo miedo de seguir perdiendo aromas de otros recuerdos, de olvidar recordarlos, y de recordar solo ya muy tarde que no debía olvidarlos.
Hoy vi una fotografía, con un rostro borroso, con un recuerdo vacío, con una situación en la que de hecho no estuve presente, y una melodía de fondo que jamás escuché. Hoy vi dos ojos y una boca, cuyo sabor ya no recuerdo, cuyo intercambio ya no siento, y una mueca que no se a que responde. Siento haber perdido algo de esa fotografía,, una parte de ella, aunque permanezca intacta. Tengo miedo de seguir perdiendo aromas de otros recuerdos, de olvidar recordarlos, y de recordar solo ya muy tarde que no debía olvidarlos.
05/10
1 comentario:
No sé preocupe, es el tiempo, lo implacable. Es la inmensidad de un mar que avanza y va borrando las marcas en la arena, las huellas, los castillos edificados, hasta que en un momento apenas se puede recordar como eran, hasta que no queda nada, sólo una imaginación disfrazada de recuerdo.
Bellísimo su blog.
Saludos
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