Me siento adentro. Adentro de la historia de la que me hablas. Me siento parte. Parte de lo que pensás.
Pienso con vos, no por vos, y creo en que algún día pueda volver a repetir eso, que vos experimentás ahora.
La delicadeza, con la que te reís. El modo en el que lo sentís. Sabés, que te puede de alguna forma. Sabés que podes dejarte llevar, y disfrutar de esos segundos en los que te consideres realizada, por hacer algo que venis deseando hace meses. Mirás un punto al aire cuando lo mencionas, lo estas idealizando, y crees, que así, se nota menos. Te reís entre dientes, cuando me toca hablar. Estas ida. Y pensas en otra cosa, no quiero que bajes. No quiero que proceses lo que te digo y que pierdas ese hilo. Se lo que es colgar de esa manera, deseando no bajar nunca, deseando que todos a tu alrededor te balanceen, y jamás te dejen caer.
Quiero sentir eso.
Eso que sentis ahora.
Esa confusión, esa discución entre lo que esta bien y lo que siempre estuvo mal. Entre ser egoista o donadora de felicidad incondicional, por el resto de tu depresión e incomodidad emocional. Obvio que no, que no vas a encontrar un punto intermedio. No existe hasta que lo crean, como todo.
No te anda sobrando la fe. Pero si las ganas.
Quisiera que me sobraran las ganas, y me faltara la fe.
Es mucho pedir?
1 comentario:
No te das una idea de lo que necesito de tus charlas, de tus palabras, creo que sólo de tu voz, para no sentirme perdida. Tal vez porque sos una de las que más me entiende, o una de las que más llega a mí con sus palabras. GRACIAS por eso. Te amo amiga! Te sigo amando a pesar de la foto :) jaja.
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