Decir que te extraño me parecen palabras suaves. Decir que estoy enojada, o decepcionada, palabras demasiado fuertes. Quiero salir corriendo de tu circuito y todo me atrae, todo me enlaza a él.
Estoy enojada, decepcionada, y olvidada. Duele porque no encuentro la manera de deshacerme de esa sensación que vuelve cada vez que te pienso. Conocerte fue quererte en mi vida, y quererte en mi vida, hizo nacer en mí la necesidad de mantenerte en ella, de que permanezcas. Algo que ni cuando estabas cerca mío pude hacer.
Estoy enojada, decepcionada, y olvidada. Duele porque no encuentro la manera de deshacerme de esa sensación que vuelve cada vez que te pienso. Conocerte fue quererte en mi vida, y quererte en mi vida, hizo nacer en mí la necesidad de mantenerte en ella, de que permanezcas. Algo que ni cuando estabas cerca mío pude hacer.
Me engaño a mi misma sintiendo, siempre lo hice. La intensidad de mis emociones en determinadas circunstancias, me confunde. ¿Es realmente lo que quiero? ¿lo que siento? ¿lo que necesito? Delibero superficialmente, porque muy adentro mio sé, que es exactamente lo que mi corazón en plenitud quiere, en ese preciso instante. A vos. Porque en los momentos claves, necesito tenerte ahi, porque cuando no supe manejar la situación necesitaba abrazarte y que me contuvieras, porque cuando besaba a otro sujeto sentía tu aliento y tu piel rozándome el cuerpo.
Los motivos crecen, y mis desmotivaciones también, hay cosas que no puedo disfrutar, ni siquiera, puedo darle un duelo a una ruptura que siento sufrir solo yo. Otra vez dejo ir, con tantas excusas, algo que se adecuaba a la encrucijada de mis confusiones. Pero solo me queda la resignación, porque no puedo ni quiero cambiarte, no puedo tenerte ni seguir como estoy.
Todo lo que esperaba de vos fue todo lo que no me dedicaste ni por un segundo.
Y aún así, se que me equivoqué, porque no te supe interpretar.
Te quise. Te quiero. Y mucho antes de lo que pensaba, me enamoré de vos.
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