Él está nervioso y me llama. Lo encuentro al otro lado de la línea totalmente feliz. Se rie tontamente mientras me cuenta de él, de sus chicas, de su mundo, de su hoy. Me doy cuenta, que necesito de eso, de un presente extasiado. Lo escucho, y leo el zumbido de su voz, es suave, indesciso, y detona vida. Quiero sumergirme en él, pero ya no hay deseo. Quiero sumergirme tan hondo que encuentre el deseo extraviado. Y vuelve a decirme, que ella, lo pone nervioso.
¿Qué me pone de los nervios? Y comienzo a sentirme inquieta... Mi piel recuerda roces. Canciones, en bocas muertas.
Que ambos nos evitamos deliberadamente, y ahora, lo que nos toca, es esto.
Que ambos nos evitamos deliberadamente, y ahora, lo que nos toca, es esto.
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