No quiero limones en mi alacena, no quiero limones en mi cama, ni en mi placard, no quiero limones en mi cabeza, y ay, estás tan ácida, tan ácida. No quiero tus limones cerca mío no los quiero, no los quiero. No quiero extrañarlos tampoco, no quiero, y ay, se vuelve tan ácido, tan ácido. No quiero. No quiero. Te extraño.
Y eso es tan triste
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Mi amigo H. me cuenta que su mujer descubrió que él, H., tiene una amante.
Mi amigo H. está casado hace ya muchos años, más de diez, menos de veinte.
Tien...
Hace 2 días
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