Por eso, no puedo prometerte nada. Solo ofrecerte el tiempo, que de todas formas, tenes pensado perder. No digas nunca, no nene, que todavía falta un siempre, un hasta luego, y un jamás.
No caminé descalza atrás tuyo para solo lastimar mis pies, no, caminé para demostrarte que sin calzado, puedo resistir incluso más que vos. Caminé para vencerte.
Que imbécil de mi parte creer que con solo resistir iba a tener un buen rival, que boluda de mi parte enojarme de orgullo.
Ahora se me fue todo el martirio. Se me fue toda mentira. Se me fue en el instante en que resolví que quería dejarme ganar. (¿En el instante en que me resigné?)
Que de locura un poco se trata, cada tanto se pone fea la cosa, y vuelan sillas de cartón por el aire, las ideas me impulsan a despegar y sacudir el cielo para ver un poco de lluvia.
Llueve solo en letras, mientras pienso, que nunca, es un tiempo increíblemente largo.
Pienso que pienso mucho, pienso que estoy feliz, estoy triste y estoy conmocionada, pienso que quiero dejar de pensar en cualquier otra cosa que no sea en vos.
Volviendo a entenderme, mi cara es la de siempre, yo soy la de siempre.
Siempre llenando mi vida de comienzos, y dejando todo en stand by.
Siempre empezando y empezando.
Cuando era chica, escribia cuentos, al principio les daba un fin precipitado. Después elaboraba más la trama, el nudo era rebuscado y el final muy lángido. Cuando le tome el gustito a los conflictos, los problemas se agigantaban, cada vez era más difícil terminar la historia. Hoy, solo escribo principios, que no quieren ser corrompidos por ningún conflicto. Lo mismo pasa con mi vida. De que sirve ser la autora impulsiva, cual le pone a todo un fin? Mejor cortarlo de raíz antes del ataque de conflictos.
Matar de raíz la historia, de todo lo que pudo haber sido y jamás fue.
Mi cara es la de siempre.Yo soy la de siempre.Vos sos mi amigo de siempre.Y es todo lo que necesito para estar bien.Que vos, estés bien. ♥
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