Hoy me preguntaron, si viviría en otro país. Dije que 'no' casi de inmediato y mi amiga, de Costa Rica, me miró alucinada... ¿Qué no?! - Me reí por su asombro y aclaré. Hay muchas cosas que me aferran a mi país, y hablé con varias personas que vivieron afuera, y se sintieron desarraigadas, es una sensación que seguro afloraría en mi, apenas comenzara a extrañar, trivialidades de mi patria. Pero su mirada no cambiaba, estaba asombrada por el cambio en mi discurso, y era cierto.
Hace no mucho, me hizo una pregunta similar y yo, respondí que viviría fuera, y me adaptaría a cualquier circunstancia, porque me gustaba pensar en el desafío, en la aventura, en independencia de algún modo, extrema.
Así que di el brazo a torcer, y agregué que viajaría y me asentaría en otro país, o por trabajo, o por alguna persona con quien decidiera hacerlo siendo que nuestras posibilidades económicas lo facilitaran. Pensé en lo segundo, en lo estúpido que me parecía haber pensado que podría haber vivido fuera por alguien que no hubiese hecho lo mismo por mi, en todo lo que me falta recorrer, en todas las personas que aún tengo que conocer, y que tengo que madurar, y empezar a pensar con la cabeza en el suelo.
Cami se rió porque seguramente mi monólogo se tornó de un color incoherente, y me dijo, que viajar y vivir en otro país, es un camino de ida, que te cambia tanto, que después volver a la normalidad con tus cosas, en tu patria y tu familia, es simplemente imposible. Es algo que hay que experimentar. Mire a la chica sentada a mi lado, de apenas meses más grande que yo, y pensé que ella entendía más del mundo que yo. Fue solo una sensación, porque todos entendemos el mundo de diferentes maneras.-
