La duda, es algo que me tienta los ánimos. Me sacude, me hace delirar. No quiero dudar ni de vos ni de nosotros. Pero te tengo tan cerca que no puedo evitar dudar, no puedo evitar cuestionarme, que va a pasar con nosotros. Te veo, te estoy cerca, te beso y te celo, te quiero, te empiezo a necesitar, te busco, te encuentro. Pero no hablamos de eso, no, no hablamos de eso nunca. Ninguno de los dos puso en este pacto algo que nos condicionara. Yo dejo fluir, dejo crecer lo que sea que sienta, amor? no lo sé. Aún no se que es exactamente. Pero el miedo crece de manera proporcional, y asi también lo hace la duda. Hay un revoltijo en mi cabeza que no me deja quererte en paz. Y entre tanto pensar y pensar, te llamo, y me llamás. Y hablamos por demás de cosas cotidianas, del ensayo, de mi mamá, del laburo, de piano, de manga, del viaje... Y ahi recuerdo, otra vez, que te vas. No acabaste de llegar, y cada vez que hablas de eso, te siento lejos. Ni siquiera siento alejarme con vos, porque, como bien dije acabo de llegar yo también. Y no puedo permitirme esos sueños, son ajenos totalmente a mi realidad. Y tu realidad es totalmente ajena a la mía.
Pf. Esto recién empieza.