Haciendo comparaciones y hablando sola como de costumbre, empecé a encontrar de a poco la salida a una conversación sin hilo. No había mucho que hacer al respecto, solo unos pocos latidos y una cerveza bien fría. A veces en silencio se piensa peor, y en voz alta para nadie, se resuelven los problemas.
Siempre me siento sola, en un asiento para 3. Me siento en el medio, y espero que alguien más se siente a mi lado. Cuando esa persona se sienta, espero a alguien más, y cuando ese alguien más llega, me levanto y me voy. Es así como dejo el hueco en el medio, donde hubo no hay, donde no hay no habrá.
No es inconstante ni siquiera es salteado, es algo rutinario, es la rutina de levantarse todo el tiempo hacia lo que voy a dejar caer después.